La berenjena, elaborada de una manera sencilla, es fácil de digerir y conviene a quienes padecen trastornos digestivos.
El alcohol, el exceso de grasa y de proteínas animales son las principales amenazas para el buen funcionamiento del hígado. Hay alimentos que favorecen la función hepática y de la vesícula biliar, o su recuperación tras una afección, y ayudan a la digestión. Por eso en estas épocas de excesos post-navidades es una verdura para disfrutar.
Ingredientes (Receta para 2 frascos grandes)
4 berenjenas
Sal
Pimienta
Ajo
Ají molido
Aceite de girasol
Vinagre de manzana o vino
Preparación
Pelar las berenjenas y cortar en láminas de 1cm aprox, poner a hervir en una olla con agua y un chorro de vinagre hasta que estén blandas pero no mucho.
Sacar del agua, escurrir y dejar enfriar.
Una vez frías, pelar unos cuantos ajos y cortarlos en
láminas.
Poner en un frasco un poco de aceite y vinagre, y luego
poner unas berenjenas de forma de ir haciendo capas de aceite, vinagre,
berenjenas, sal, pimienta, ají molido, ajos y vuelta a empezar otra capa y otra
hasta llegar a llenar el frasco, que debe estar bien lleno de aceite en la
última capa para que no entre aire, cerrar bien y dejar una semana en la nevera
para que tome gusto, a la semana abrir y degustar.
Sirve muy bien para bocatas, pica picas, arriba de una pizza,
o cortaditas bien chiquitas para una ensalada.
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